Los trastornos de ansiedad no afectan solamente a  los adultos. También están presentes en los niños y, de hecho, son uno de los diagnósticos más comunes en la infancia y la adolescencia. Los niños en estos casos  experimentan  importantes problemas relacionados con el fracaso escolar, la soledad,  baja autoestima y, también, la salud física. Además, tienen un mayor riesgo de padecer trastornos en etapas posteriores de la vida, ya sean otros trastornos de ansiedad o bien depresión mayor o abuso de sustancias, entre los más comunes.

La tasa general de prevalencia de los trastornos de ansiedad durante la infancia es de un 18%, sin que exista un mayor predominio en las niñas que en los niños. Ya en la  adolescencia,  las chicas alcanzan índices más altos que los chicos, distribuyéndose así los porcentajes de forma más semejante a los observados en la población adulta.

Ansiedad por separación

Hablamos de Ansiedad por separación cuando la ansiedad que siente el niño ante la separación real o potencial de sus figuras de apego (la madre, especialmente, porque es con la que suelen establecer un mayor vínculo) es desproporcionada a lo esperable y se presenta durante más de 2 semanas, y se manifestan al menos tres de los siguientes síntomas:

–       El niño está preocupado de forma exagerada y duradera, por posibles daños que pudieran sufrir sus seres queridos o por miedo a que se vayan y no vuelvan.

–       Tiene más miedo del común a que ocurra algo terrible que suponga la separación de sus seres queridos. Por ejemplo: un accidente, un secuestro,…

–       No quiere  ir al colegio, no tanto por aspectos escolares, sino porque quiere permanecer con las personas queridas.

–       Tiene un temor desproporcionado a ir solo a la cama, a dormir fuera de casa o lejos de sus seres más allegados.

–       Tiene pesadillas recurrentes relacionadas con la separación.

–       Se queja de dolores de cabeza, naúseas, vómitos, cuando tiene que separarse de sus padres.

La media de edad en la que se presenta este trastorno es de 9 años y adolescencia conflictivaes mas habitual en las niñas. . Puede comenzar de forma súbita y oscilar a través del tiempo, épocas en las que se produce más sintomatología, y épocas con menos. Aunque  la ansiedad por separación suele remitir e incluso desaparecer alrededor de los 14-16 años, puede ser un predictor de futuros trastornos de pánico, agorafobia o depresión.

 

 Trastorno de ansiedad generalizada 

Este trastorno requiere que se experimenten ansiedad y preocupación excesivas  al menos durante 6 meses.Se caracteriza por una preocupación persistente y generalizada, ante un variado número de situaciones distintas. Los niños que la sufren, se sienten preocupados de forma excesiva o no realista por: sucesos futuros y/o conductas del pasado y/o su adecuación personal en una o más áreas (como la escuela, la vida social, el deporte… entre otras). Además, pueden presentar irritabilidad y dificultades para concentrarse Presentan una exagerada autobservación y una necesidad obsesiva de reafirmación, en una amplia gama de situaciones.   Igualmente, es frecuente la aparición de síntomas somáticos de ansiedad como inquietud motora, problemas gastrointestinales o alteraciones del sueño.

Una cuestión central a la hora de diagnosticar es evaluar en qué medida el patrón de respuestas que presenta el niño o adolescente interfiere en el desarrollo normal de sus actividades cotidianas.

El diagnóstico a edades tempranas resulta difícil debido al hecho de que en la infancia la capacidad de autoobservación está muy limitada. La edad media en la que aparece es a los 13 años, con la misma incidencia en niños que niñas.

 

Trastorno obsesivo-compulsivo (TOC)

El trastorno obsesivo compulsivo es un trastorno de ansiedad que afecta aproximádamente al 2%de la poblacion. El TOC  es poco frecuente en la infancia (0,7% de la población infantil). Aún y así, la presencia de algunos síntomas, sí es  más común. Además, cuando se les pregunta a pacientes adultos diagnosticados del mismo trastorno cuándo recuerdan haber experimentado los primeros síntomas, muchos de ellos, contestan que antes de los 15 años.

La edad de inicio aproximada es a los 9 años y  medio en niños y a los 11 en niñas. Es más habitual en niños con un código moral rígido y con un cociente intelectual más bien alto. Asimismo, se ha visto que hay una mayor relación entre la presencia de TOC en el niño, si ha habido antecedentes de trastornos emocionales en la familia, sobretodo de obsesiones y compulsiones en los progenitores (más aún, si los padece la madre).

De cualquier forma, el trastorno obsesivo-compulsivo se caracteriza, precisamente, por presentar:

–       Obsesiones

Son ideas, imágenes, pensamientos, impulsos involuntarios que aparecen en el flujo mental del niño,  provocándole  malestar y ansiedad. El niño o adolescente considera sus obsesiones como intrusas e inapropiadas, ya que  siente que su contenido no encaja con el tipo de pensamientos que esperaría tener y porque escapan a su control.

Las más frecuentes según Echeburúa y Corral (2009) están relacionadas con el temor a la suciedad (40%), el miedo a algún peligro que pueda perjudicar a uno mismo o a sus familiares (24%), el temor al desorden (17%) y los escrúpulos morales (13%).

–       Compulsiones

Son acciones estereotipadas que el niño lleva a cabo para prevenir o reducir el malestar y la ansiedad que le suponen sus obsesiones. El problema no son los comportamientos propiamente dichos, sino su carácter recurrente e incontrolable. El niño no los realiza porque le sean placenteros o le proporcionen algún tipo de gratificación, sino que los realiza impulsivamente para calmar el malestar que le provocan sus obsesiones.

Algunos ejemplos pueden ser: el lavado excesivo , comprobar el buen estado de las cosas, ordenar determinados objetos, repetir acciones cotidianas etc.

A modo de resumen,  el trastorno obsesivo-compulsivo en la infancia, se caracteriza por la realización de rituales (compulsiones) orientados a controlar la ansiedad que generan ciertos pensamientos (obsesiones).  Estos rituales obsesivos, se diferencian de los rituales evolutivos normales de los niños en que, los primeros, no son de carácter lúdico, tienen consecuencias negativas en la vida cotidiana del niño e interfieren en su desarrollo global; y las personas que le rodean perciben la conducta como perturbadora, ya sea por su “rareza” o por la gran cantidad de tiempo que implica su ejecución.

 

Trastorno mixto de ansiedad y depresión

Como sucede en la población adulta, la ansiedad y la depresión en la infancia y adolescencia, también están altamente conectadas. De hecho, a ansiedad y la depresión suelen presentarse simultáneamente en los trastornos de ansiedad. Esto ocurre, especialmente, en el trastorno de ansiedad por separación, donde la estadística se dispara pudiéndose dar hasta en el 70% de los casos.

 

¿ Cómo es el tratamiento de los Trastornos de Ansiedad?

El tratamiento de cada uno de los trastornos de ansiedad en la infancia expuestos anteriormente, tiene sus particularidades. Sin embargo, hay características comunes en el tratamiento de todos ellos, que sí explicamos a continuación:

Para empezar, decir que las técnicas utilizadas para el abordaje de los trastornos de ansiedad en la infancia, son muy parecidas a las que se aplican en la población adulta. Lo más importante  es su grado de adecuación a las particularidades de la persona a la que va destinado, en este caso un niño o adolescente.   Por último, consideramos importante resaltar  que cualquier tratamiento tiene mayores y mejores resultados en los niños, cuando los padres colaboran para lograr los objetivos propuestos.

Las técnicas psicológicas que se utilizan más frecuentemente y que han probado su efectividad en los estudios experimentales llevados a cabo hasta la fecha son :

–       Técnicas de exposición .La Realidad Virtual está demostrando gran efectividad.

–       Relajación.

–       Práctica reforzada.

–       Escenificaciones emotivas.

–       Técnicas cognitivas.

–       Tratamientos psicofarmacológicos.

Chariva, D.A., Garland, A., Yeh, M. y Hough, R.L. (2009). Child anxiety disorders in public systems of care: comorbidity and service utilitzation. Journal of Behavioral Health Services & Research, 36 (4), 492-504.

Echeburúa, E. y Corral, P. (2009).Trastornos de ansiedad en la infancia y adolescencia. Madrid: Pirámide.

Gavino, A. (2007). Tratando…trastorno obsesivo-compulsivo: técnicas, estrategias generales y habilidades terapéuticas. Madrid: Pirámide.

Redactado por la psicóloga Ana Sández. Infoansiedad.org