Tratamiento para crisis de ansiedad en Getxo
Psicoterapia para trastornos de ansiedad
Casi todos sabemos lo que es sentir ansiedad: esos hormigueos en el estómago antes de un acontecimiento o cita importante, esos fuertes latidos en el corazón cuando creemos estar en peligro… de hecho esa ansiedad es la que nos empuja a actuar, nos ayuda a hacer frente a la situación amenazante. También nos facilita preparar mejor un examen. Cierta dosis de ansiedad es buena y necesaria, y durante miles de años nos ha ayudado a los hombres a dar una respuesta adaptativa ante un entorno hostil. Imagínese si los hombres prehistóricos, al ver un león, no hubieran sentido ni una atisbo de ansiedad y se hubieran parado a pensar qué hacer….habrían sido devorados, verdad? Porque la ansiedad nos ayuda a pensar y actuar con mayor rapidez y claridad. No podríamos sobrevivir en el mundo sin esa “ansiedad saludable”.
Sin embargo, el problema aparece cuando esa ansiedad sobrepasa ciertos limites. Es entonces cuando deja de ser en cierto modo útil, y se convierte en un estresor que nos provoca agotamiento y tensión emocional, haciendo que decaiga nuestro rendimiento.
Es decir, esta emoción normalmente útil puede muchas veces, sobrepasado cierto umbral, producir un resultado precisamente contrario: paralizarnos, evitar que nos enfrentemos a una situación y, en definitiva, trastornar nuestra vida diaria. Por ello, cuando hablamos de Los trastornos de ansiedad, hay que tener claro que no son sólo un caso de “nervios”. Son enfermedades frecuentemente relacionadas con la estructura biológica y las experiencias en la vida de una persona.
Un trastorno de ansiedad puede hacer que se sienta ansioso casi todo el tiempo sin ninguna causa aparente. La sensacion de ansiedad puede ser tan incómoda que, para evitarla, usted deje de realizar actividades que antes le agradaban. O puede incluso sufrir ataques ocasionales de ansiedad tan intensos que lo lleguen a aterrorizar e incluso inmovilizar.
Hay personas que confunden estos trastornos, los minimizan pensando que sobreponerse a ellos es cuestión de fuerza de voluntad. En nuestro Gabinete de psicología de Getxo sabemos que, aunque tener fuerza de voluntad está muy bien, también es cierto que a menudo el querer que los síntomas desaparezcan no es suficiente. No obstante, actualmente hay tratamientos muy efectivos que pueden ayudarle a poder controlar esa ansiedad que le está impidiendo tener una vida plena.
El DSM-5, Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales de la American Psychiatric Association, distingue varios tipos de ansiedad: Trastorno de ansiedad por separación, Mutismo selectivo, Trastorno de ansiedad social ( fobia social), Trastorno de angustia, Agorafobia, Trastorno de ansiedad generalizada (TAG) y Trastorno de ansiedad inducido por sustancias.
En el presente articulo nos vamos a centrar en explicar lo que es el Trastorno de Ansiedad Generalizada, ya que del resto de patologías pueden obtener información en otros apartados de nuestra pagina.
¿Qué es un Trastorno de Ansiedad Generalizada?
A modo resumido podemos afirmar que se trata de una ansiedad y preocupación excesivas, persistentes a lo largo del tiempo, muy difíciles de controlar por el sujeto, sobre diversos acontecimientos o actividades y que se asocian a tres o más síntomas de sobreactivación fisiológica.
Como ya hemos comentado en párrafos anteriores, muchos individuos sienten ansiedad o preocupación cada cierto tiempo, especialmente cuando tienen que hacerle frente a situaciones que pueden resultar estresantes: hablar en público, un examen importante o jugar un partido de fútbol que significa mucho. Este tipo de ansiedad nos hace estar alerta, ayudándonos a ser más productivos y a realizar el trabajo de manera más eficiente.
Pero las personas que sufren en trastorno de ansiedad generalizada (TAG), sin embargo, sienten ansiedad y preocupación la mayoría del tiempo, no solo en situaciones potencialmente estresantes. Estas preocupaciones son intensas, irracionales, persistentes (al menos la mitad de los días durante al menos 6 meses) e interfieren con el funcionamiento normal en su vida diaria (actividades tales como el trabajo, la escuela, los amigos y la familia), pues son difíciles de controlar.
Para ser diagnosticado un TAG ( Trastorno de Ansiedad Generalizada) es necesario que la ansiedad o preocupación esté presente la mayoría de los días durante un mínimo de 6 meses.
Por tanto, es importante recalcar que el Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAG) es mucho más de lo que una persona normal con ansiedad experimenta en su vida diaria. Son preocupación y tensión crónicas aún cuando nada parece provocarlas. El padecer de este trastorno significa anticipar siempre un desastre, frecuentemente preocupándose excesivamente por la salud, el dinero, la familia o el trabajo. Sin embargo, a veces, la raíz de la preocupación es difícil de localizar. El simple hecho de pensar en pasar el día provoca ansiedad.
Las personas que padecen de TAG no parecen poder deshacerse de sus inquietudes aún cuando a menudo son conscientes de que son desproporcionadas. Frecuentemente tienen dificultad para conciliar el sueño o para permanecer dormidos. Sus preocupaciones van acompañadas de síntomas físicos, especialmente temblores, contracciones nerviosas, tensión muscular, dolores de cabeza, irritabilidad, transpiración o accesos de calor. Pueden sentirse mareadas o que les falta el aire. Pueden sentir náuseas o que tienen que ir al baño frecuentemente. O pueden sentir como si tuvieran un nudo en la garganta.
En el Gabinete de Psicología de Nuria de Juan nos hemos encontrado con pacientes que nos relatan sufrir situaciones como las siguientes:
“Yo desde niño siempre he sido muy aprensivo. Me sentía inquieto la mayor parte del día y por la noche me costaba mucho dormirme. La mayoría de las veces estas sensaciones iban y venían, por temporadas. A medida que fui creciendo esas inquietudes tan desagradables empezaron a ser constantes y me llegaban a durar días. Me preocupaba por cualquier tontería, cualquier cambio en mi rutina o cualquier contratiempo me angustiaba y no me dejaba pensar en otra cosa. “.
“Tenía serios problemas para dormir. El simple hecho de pensar en que llegaba la hora de ir a la cama me producía tensión ante el miedo a pasar otra vez horas dando vueltas sin conseguir dormirme. Las preocupaciones me venían a la cabeza todas de golpe en ese momento. Luego durante el día no podía concentrarme en el trabajo e incluso a veces llegaba a sentirme mareado. En otras ocasiones el corazón me comenzaba a latir con fuerza, lo que me preocupaba aún más”.
Hay casos en los que la Ansiedad se acompaña de síntomas de Depresión.. Es habitual encontrarnos en nuestro Gabinete con personas que nos cuentan que , ademas de lo descrito anteriormente, experimentan tristeza, apatía o desesperanza, cambios en el apetito etc..
En ocasiones, el daño asociado con TAG es mas ligero y las personas con ese trastorno no se sienten restringidas dentro del medio social o en el trabajo. A diferencia de muchos otros trastornos de ansiedad, las personas con TAG no necesariamente evitan ciertas situaciones como resultado de su trastorno. Sin embargo, si éste es severo, el TAG puede ser muy debilitante, provocando dificultad para llevar a cabo hasta las actividades diarias más simples.
Normalmente el Trastorno de ansiedad Generalizada se presenta de manera gradual, y afecta con mayor frecuencia a personas en su niñez o adolescencia, pero también puede comenzar en la edad adulta. Es más común en las mujeres que en los hombres y con frecuencia ocurre en los familiares de las personas afectadas. Se diagnostica cuando alguien pasa al menos 6 meses preocupándose excesivamente por varios problemas diarios.
En general, un tratamiento eficaz puede incluir la utilización de medicamentos en combinación con una terapia psicológica eficaz. Han demostrado su efectividad técnicas de Terapia Cognitivo Conductual, así como el entrenamiento en relajación.
La Terapia Cognitivo Conductual se centra en ayudarle a entender la relación entre sus pensamientos, comportamientos y síntomas. Con esta terapia usted puede llegar a:
- Entender puntos de vista distorsionados de factores estresantes de su vida, y llegar a controlarlos.
- Reconocer los pensamientos que le están causando pánico para ayudarle a sentirse con mayor control.
- Manejar el estrés y relajarse cuando se presenten los primeros síntomas.
- Evitar pensar que los problemas menores se transformarán en problemas terribles.